Está en ti y todas podemos.



Endura.












Desde pequeñita lo que recuerdo es que lo más que me ilusionaba eran las motos.

Mis regalos siempre eran de motos o coches, aunque también tenía Barbies y otros juguetes, pero lo que más me ilusionaba era una moto.

Era escucharla y me asomaba a cualquier ventana o salía corriendo para verla. En mi casa no sabían muy bien por qué, nadie era especialmente motero o aficionado al moto
r.

Zuleika Medina
para Constar.





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¿Cómo fueron tus inicios?

Con 13 años fui a ver una carrera de Enduro y me enamoré. Mi color favorito empezó a ser el naranja y yo quería una moto. Mis padres no sabían donde se metían y tenían mucho miedo. Cedieron a mis caprichos y me regalaron un quad.

Estuve 3 años con el quad y la verdad es que se me daba bien. Como se suele decir, tenía sangre, es algo que te nace.

A los 18 años me saqué el carnet y tuve moto de asfalto, pero la verdad es que no me sentía segura.

Sin embargo un día Pedro Peñate hizo un curso de enduro solo para mujeres. Desde el primer día dijo que poco tenía que hacer en ese curso y me invitó a dar clases en una nueva escuela que estaba comenzando para introducir nuevos pilotos al enduro.

Y así empecé, dando clases a cambio de poder montar en moto de enduro. No quería dinero. Durante mi primer año daba clases y a cambio solo pedía montar en moto todo el tiempo que pudiese. Con eso yo me sentía más que cobrada.





Valsebike

Llegó un momento en el que no podía seguir trabajando con mi padre y pedí trabajo a Pedro. Empecé pasando la mopa, limpiando cristales, lo que hubiera. Si había que llevar una moto a pasar la ITV era una ilusión tremenda y si había que ir a recoger una moto a un cliente ya era la bomba.

Estaba a media jornada estudiando y trabajando. Hasta que terminé mis estudios y Pedro me ofreció trabajar a jornada completa en la tienda y la escuela de Valsebike.  Donde conocí a mi pareja, quien siempre me ha apoyado y animado a introducirme un poco más en esta disciplina.





¿Qué dificultades has tenido?

Económicamente, durante mis primeros 3 años trabajando en Valsebike no tuve moto propia. Para mi era una tortura ver motos entrar y salir. Era demasiado joven y hasta que no conseguí trabajar y ahorrar lo suficiente no di el paso para tener moto propia.

Una vez di el paso mi principal problema fue la altura.

Mido 1,57.

Al principio subía a la moto mientras dos personas me sujetaban la moto desde atrás. A partir de ahí soltaba el embrague y pilotaba.

El problema también lo tenía al llegar, el problema de altura sumado al cansancio hacía tener preparadas a tres o cuatro personas que me esperaban para sujetarme y poder bajarme.

Poco a poco aprendí algunos trucos como buscar montículos o piedras donde poder apoyar un pie y poder bajarte.

A partir de ahí mejorar la técnica y a ser prudente. Ir siempre acompañada y en zonas donde no me siento segura, bajo de la moto y avanzo hasta donde puedo seguir pilotando.





¿Qué es para ti el Enduro?

Es mi vida profesional, trabajo en la boutique de lunes a viernes, los sábados doy clases en la escuela y los domingos salgo de ruta.

También es mi vida personal, compartiendo la vida con una pareja con tus mismos gustos y amigos que también. Se puede decir que mi vida prácticamente es el enduro.





¿Que emociones despierta en ti?

Enduro es descubrir a lugares que sería imposible llegar de cualquier otra manera. Es mi manera de conocer lugares, de conocer mi propia isla.

Es llegar a un sitio, apagar el motor de la moto y la mente se queda en blanco observando el paisaje. Siento paz conmigo misma, con mi cuerpo, mi mente y mi energía. Mi energía de la semana me lo da esa salida que hago el domingo. Con eso ya lo tengo todo.

Siempre doy gracias a la moto y la suerte que tengo de poder practicar este deporte.




La escuela

A veces nos llaman locos y no juzgan por que dicen que rompemos los caminos. Pero nosotros somos los primeros amantes de la naturaleza.

Es cierto que cuando empiezas puedes dañar la naturaleza. Pero para eso está la escuela para formarte y explicarte como actuar y prevenir esos destrozos.

Aprender a respetar al resto de usuarios de la montaña. Senderistas, ciclistas, jinetes a caballo,... Cederles la preferencia, apagar el motor y mostrar siempre respeto tanto a las personas como a la naturaleza.

Además de aprender a pilotar evidentemente. Simplemente aplicando una buena postura encima de la moto cambia totalmente la conducción.

Sin embarco empezando por tu cuenta se sufre mucho encima de la moto. Corres demasiados riesgos, y puedes incluso hacerte daño. Para eso está la escuela, para formarte y que puedas disfrutar progresivamente de este deporte.

Con un monitor que te supervisa durante dos horas vas a ganar seguridad encima de la moto, mejorarás tu conducción y no dañaras la naturaleza en las salidas.




Chicas en el Enduro.

Las chicas, al menos en mi caso, tengo la sensación un poco más de miedo para practicar esa disciplina.

Pero este deporte está hecho para absolutamente todas las personas.

El problema viene cuando para iniciarte intentas ir demasiado deprisa y empiezas sin ninguna formación con amigos o parejas. Ahí es cuando hay mucho riesgo de hacerte daño o como mínimo no querer volver a montar en moto.

Para eso está la escuela para adaptarse a las necesidades de cada nuevo piloto, adaptar el material, la moto, la velocidad.

Es normal sentir miedo si tienes una imagen de este deporte en el que todo son saltos o zonas complicadas de montaña. Pero nada más lejos de la realidad.

Este deporte es naturaleza y motor. Desde la escuela nos adaptamos a la necesidad de cada alumno para que pueda disfrutarlo a su manera.




Economía

Es un deporte caro, al menos para mí.

Un equipo básico son 1.500€ y una moto de segunda mano en condiciones son otros 3.000€

Pero para eso también está la escuela. Un lugar que te ofrece un circuito, formación, equipo y una moto con la que poder empezar.

Y así poco a poco puedes ir aprendiendo mientras vas consiguiendo tu material propio.




¿Qué te hace seguir en el enduro?

La primera vez que salí de ruta. Recuerdo llegar a una cima y sentir que había cumplido un sueño.

Es un deporte que nunca acabas. siempre tienes una meta, un nuevo obstáculo que superar, un lugar por descubrir,... La parte de la naturaleza es lo que hace que este deporte sea tan especial. Los caminos cambian con el clima y las lluvias y todo se renueva.




Un mensaje

A mí me hace especial ilusión las mujeres.

Hay mucho prejuicio en la moto de enturo y de verdad quiero poder reunir más mujeres, madres, abuelas, niñas,... sea la edad y condicion que sea.

Nos adaptamos.

La moto se adapta de altura, velocidad, potencia, incluso la propia naturaleza se adapta para poder ir por rutas más fáciles.

De verdad creo que está en ti y todas podemos.





Gracias a Valsebike y Zuleika Medina por constar.